'El cine es una enfermedad', dijo Frank Capra. 'Cuando te infecta la sangre, se convierte en la hormona más importante; controla las enzimas; dirige la glándula pineal; domina la psique. Igual que con la heroína, el antídoto contra el cine es más cine'.

Martin Scorsese "Un recorrido personal por el cine norteamericano"

viernes, 28 de mayo de 2010

Cocina a ritmo de soul.

Zinos es un inmigrante griego propietario del  "Soul Kitchen", un destartalado restaurante situado en la rivera industrial de Hamburgo al que acude lo "mejorcito" de la ciudad.  Los problemas se le van acumulando poco a poco, ya que su novia Nadine se marcha por trabajo a Shangai, su hermano Illias sale de la cárcel y le pide trabajo para conseguir el régimen abierto,  y un viejo compañero de instituto, Neumann,  un agente inmobiliario sin escrúpulos , quiere su local a toda costa recurriendo a todo tipo de tretas para conseguirlo.

Fatih Akin vuelve con una historia que a priori podría ser otro de los dramas a los que nos tiene acostumbrados, como fue el caso de  las célebres "Contra la pared" y "Al otro lado", pero nada más lejos de la realidad. En esta ocasión el director turco nos ofrece una comedia sin pretensiones y muy sencilla, pero con un envoltorio sorprendente y divertido, tal y como prepara los platos el cocinero loco del Soul Kitchen , Shayn (interpretado por Birol Ünel, el actor fetiche del director).

Y es que todos los elementos de la trama nos recuerdan a otros argumentos utilizados en el cine de comedia, la de un perdedor que se ve envuelto en un montón de enredos, y como si de un moderno Quijote se tratara, lucha contra todo tipo de elementos adversos, saliendo vencedor finalmente sin saber muy bien cómo.

Pero dónde Soul Kitchen consigue salir victoriosa es desde luego en su puesta en escena, que recuerda a la de las películas de los años 70, en concreto al género de la Blackexplotation, cosa que el mismo director comenta orgulloso, ya que su pretensión era hacer un divertimento como aquellas películas propias de las sesiones dobles, y sobre todo alejarse de los dramas que le venían caracterizando en los últimos años.

Así pues con un poco de cocina, grandes dosis de humor y sobre todo mucha y buena música soul y funky, Fatih Akin nos libera por un instante de las preocupaciones del día a día, y nos recuerda que todos los problemas pueden tener solución, si dejamos que cosas tan sencillas pero muy importantes como son la música, la comida, y especialmente el amor llenen nuestra alma.

Mr. Maple.

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